Yellow submarine...#569

-¡George!- un poco sobresaltado, me recibió George Martin, irguiéndose y mirándome entrar mientras miraba y no, nervioso y un poco avergonzado...

-Hola, disculpa la interrupción- dije mirándola de reojo en una que otra ocasión-sólo vine a dejar mi lista de invitados para la noche de la premiere.

-Bien, en un segundo ponemos a alguien a encargarse de eso... en cuanto a ti, gracias por aceptar, es una suerte que Pink Floyd haya pospuesto sus grabaciones- agregó Martin mirando a María quien no estaba menos tensa e incómoda que yo.

-Lo sé, fue una suerte para ustedes- contestó con una sonrisa forzada–Ahora... debo irme, tengo otra cita y quedé de pasar por Delilah.- dijo mirando su reloj

-Suerte con eso... y saluda a Delilah de mi parte- dijo Martin sonriendo con cierta diversión

-Le dará gusto escuchar eso. Hasta luego- ella salió, antes claro dirigiéndome una mirada tímida.

-Si no vas atrás de ella ahora que la tienes cerca, no enviaré invitaciones a ninguna de las personas aquí mencionadas- me amenazó Martin mostrándome mi lista.

-No sé si...

-Hazlo- en seguida salí, caminaba tan aprisa como mi propio cuerpo me lo permitía, iba nervioso, como nunca antes, pero era necesario hablar, era lo que debíamos hacer.

-María- escuché a George detrás de mí, justo cuando estaba por subir a mi auto, cerré los ojos intentando llenarme de paciencia y especialmente, fuerza emocional. Me giré lentamente y él estaba... nervioso, serio y nervioso, con ese gesto “grumpy” que no cambió en ningún momento de su vida.

-¿Qué hay George?- traté de sonar calmada pero parecía fastidiada

-¿Podemos hablar un momento?- lo miré unos segundos y pensé que negarme no nos llevaría a nada.

-Claro, ¿quieres que nos sentemos?- pregunté aproximándome a los escalones que te llevaban al interior de los estudios. Él asintió y me siguió, nos sentamos, yo no lo miraba, él respiró hondo y me miró.

-Lo siento- Yo lo miré de inmediato; esperaba un reproche, fastidiarme, pero no una disculpa.

-¿Qué?

-Lamento todo esto María, en especial el daño que te causé... mencionaría las otras tantas veces en que me he comportado como un imbécil pero ya pasó mucho tiempo de eso y no creo que tenga valor ahora.- contestó serio, tranquilo y notoriamente afectado

-Yo también lamento haber llegado a esto George...

-Jamás pensé que iba a perderte. Esto me está costando mucho trabajo María pero comprendo que ya no tiene solución-agregaba bajando su rostro, aturdido por aquella lucha interna contra la resignación.

-No te atormentes George, lo hecho, hecho está... pienso que debes enfocarte en mejorar, has llevado tu vida a un límite inimaginable...