Yellow submarine...#541
No me sentía muy
entusiasmada de ver una película cuyo final no era tan alentador aunque
pareciese un acto heroico de verdadero amor por parte del protagonista, pero
era una de las cintas preferidas de mi madre así que tuve que verla queriendo o
no. Posteriormente salimos al patio, nos entretuvimos gran parte de la mañana
decorándolo, plantamos algunas flores y me dio recomendaciones que tuve que
anotar; pensé que regalarle a mi madre una tarde de compras le agradaría porque
era algo que disfrutaba hacer, también planee llevarla a cenar a un lugar
bonito y elegante, así que después de pasar toda la tarde fuera de casa
comprando cosas para mi hogar y el suyo, así como algunas cosas para mi padre,
hermanos y sobrino, volvimos a mi casa para bañarnos y cambiarnos.
-Vaya, no sé si estoy
viendo a mi madre o mi hermana mayor- dije sonriente y divertida, mi madre
siempre fue una mujer muy guapa, me refiero a que de joven tenía una cara
angelical, tan divina y sumamente hermosa, que al llegar su edad madura, no era
menos hermosa de lo que ya era, pues pasó a ser una mujer realmente guapa y con
buen gusto para vestir. Dejé que eligiera el vestido, peinado y maquillaje para
mí, a final de cuentas fue algo que me benefició pues confiaba plenamente en su
buen gusto.
-Te ves tan hermosa y
radiante, me alegra tanto tenerte cerca hija- dijo para abrazarme casi después
de suspirar
-También me alegra
tenerte cerca mamá- la abracé con más fuerza. Nos tomamos de la mano y bajamos,
tomamos nuestros bolsos y fuimos a cenar, era demasiado lindo regalarnos
momentos así.
Ya habían pasado días
y seguía sin saber cosa alguna sobre María, estaba al borde de la locura porque
la desesperación ya la había rebasado, pensé en todos los lugares posibles y mi
última referencia fue Liverpool, la idea me cayó casi de golpe; tomé un baño,
me cambié y subí a mi auto dispuesto a conducir hasta allá para encontrarla,
iría hasta su casa, sabía que me arriesgaba mucho por tener el descaro de ir a
buscarla ahí precisamente, pero era mi única opción y era una oportunidad que
no dejaría pasar.
Como salí de madrugada
llegué al amanecer a Liverpool, tenía tiempo de no volver y me causaba mucha
nostalgia andar por sus calles tan auténticas y llenas de recuerdos, suspiré y
pensaba cómo demonios podía haber cambiado tanto y para mal. Al llegar a casa
de María vi que bajaban unas cosas de un auto, mi corazón latió fuerte porque
pensé que se trataría de las cosas de María, quizá ella estaría ahí… pero no,
al bajar de mi auto vi que el padre de María entraba con las últimas cosas a la
casa y al detenerme fuera del jardín, Julian, su pequeño hermano ya no tan
pequeño me reconoció.
-¿George?- dijo
deteniéndose justo antes de entrar a su casa, Saúl que estaba aún cerrando el
auto, volteó para encontrarse con mi mirada…

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