Yellow submarine...#563

-Querida y comelona Delilah- le dije sentándome a un lado de ella –tenemos bastante nuevo trabajo por hacer- dije sonriente y ella me miró mientras chupaba su cuchara con helado de vainilla...

-¿De qué se trata?

-Nos requieren nuevamente con Pink Floyd, grabaremos un par de videos para sus nuevas canciones.

-Eso suena muy interesante- dijo ella pensando –tan interesante que también, la gente de los Beatles te esté buscando otra vez- la miré de golpe, ¿cuándo me habían buscado?

-¿De qué me estás hablando?

-Te llegó esta carta ayer por la mañana pero olvidé decírtelo, salí al trabajo y después llegué agotada- contestó con cierta culpa, yo la miré con desaprobación pero le arrebaté el sobre de las manos

-Vaya... me solicitan “inmediatamente”. Creo que quieren hablar conmigo- dije pensativa -¿me acompañas?

-Claro, estoy muy aburrida.

-Ambas lo estamos.

-Oye...- rompió el silencio Delilah una vez que conducía hacia los estudios -¿qué pasa si te encuentras a George?- no había pensado en esa posibilidad, pero ya no podía seguirme ocultando de él o crear más escenitas dramáticas, tenía que afrontarlo porque sería la única manera en que podría continuar con mi vida y además, nos hacía falta hablar, así quizás dejaría de comportarse como un salvaje primitivo cada que tuviese la oportunidad.

-No lo sé, ya sabremos cuando estemos ahí

-¿Y qué pasa con Syd? No te veo muy decidida a algo con él

-Quizá ahora que convivamos más en esto de los videos y aquello de la portada, podré saber  con más certeza hacia dónde quiero que vaya esto.

-Deberías darte una nueva oportunidad... son los sesenta.- dijo riéndose y dicha frase me recordaría a Bob Dylan, a quien por cierto tenía bastante tiempo de no ver.

-Ahora entiendo porqué le gustabas tanto a Dylan.

-Muy graciosa

-¿No piensas hacer las paces con él algún día?

-Yo qué sé María, no estábamos hablando de eso- dijo en un notorio berrinche.

-Claro, es mejor cuando no se habla de uno- ella comenzó a reírse y yo también.- Cuando llegamos, estacioné mi auto y al entrar saludé a Freda, a quien presenté con Delilah y ella me dijo que ya se conocían por aquella tan recordada fiesta de John; Freda me dijo que George Martin quería hablar conmigo, entré a su oficina y él estaba revisando unos papeles que parecían estar escritos a mano, con la luz dando al frente de la hoja, pude ver que el escrito lo había hecho Harrison, ya que reconocí su caligrafía.

-Buenas tardes George- dije un poco apenada por causarle distracción

-María, qué gusto verte, ¿gustas tomar asiento?- saludó cordialmente

-Por cierto ella es Delilah, creo que ustedes dos no se conocían...

Prometo hacer de esto más interesante, estos días me he sentido mal en todo aspecto y no he tenido una buena concentración, pero juro por el amor que le tengo a esta historia que se pondrá todo muy cool xD.
Marisol: ¡Maaaa! *-* qué bueno que pese al resumen vomitivo que te di sobre las cosas en something, te hayas animado a volver y que dejes tus super comentarios <3.
Sofía: Gracias por comentar en ambos blogs, ya casi subo los tres capítulos que te prometí jaja, no se me olvida eso, lo juro hija :3
Doris: sí, hazme caso, todo valdrá la pena. Y sí sé que será deprimente esa parte per debe haber un inicio para un final y ése lo será.
Al final he decidido que la siguiente parte se llamará simplemente 1968 (Let it be), así que ya saben qué esperar Dx. 
Gracias por continuar comentando y leyendo esta novela, dan un gran impulso para la motivación de su humilde servidora para escribir y escribir y por fin todas leamos ese final tan esperado ;)
P.D. maldito George Martin, estaba muy bien el señor D':