Yellow submarine...#567

-No- contesté riendo –él se percató de mi estado de ánimo y dijo “el que existan personas que no sepan apreciar a alguien con tantas virtudes, no sólo profesionales, sino también personales, no significa que no seas importante”

-Y lo besaste- volvió a interrumpir muy divertida...

-No- contesté de nueva cuenta entre risas

-¿Qué demonios María?- decía irritada

-Entonces no te seguiré contando

-Ya, no seas sentida, anda- ella ponía los platos en la mesa y me miraba con atención.

-Agradecí su comentario y platicamos un poco sobre cómo me sentía respecto a Harrison y me fue inevitable convertirme en una magdalena por tanto llanto, él muy atento me preparó un té y nos quedamos un momento más platicando para que yo pudiera entrar en calma. Posteriormente salimos porque ya era tarde y había una fuerte lluvia que amenazaba en convertirse en tormenta, me puse mi abrigo y él me cubrió con su paraguas; aún no tenía el auto que me regalaría James, así que Martin se ofreció para llevarme a casa. Fue muy lindo y caballeroso, decía que no sabía si poner música porque no sabía qué prefería escuchar, le dije que lo que tuviera estaba bien y puso su disco de música instrumental, era algo de Glenn Miller; durante el trayecto hablaba sobre cualquier trivialidad con el fin de distraer mis pensamientos y sacarme una que otra risilla. Llegamos a casa, bajó para abrirme la puerta y cubrirme de nuevo con el paraguas, caminamos y le invité a pasar, me extrañó que aceptara; cenamos y halagó mi casa, después le mostré un vinilo de Benny Goodman, comenzó “Memories of you”, se acercó lentamente y tomó delicadamente mi mano y mi cintura para comenzar a bailar... cuando terminó la melodía nos miramos por unos instantes y yo fantasee con la idea de estar con alguien mayor, maduro y tan galante como él; me sonrojé y él sonrió complacido, se alejó para finalmente besar mi mano. Era media noche, la lluvia había cesado un poco hasta convertirse en llovizna, agradeció la cena, le dio el visto bueno tal y como a mis melodías para cocinar; se puso el abrigo, tomó su paraguas y salió de mi casa, lo acompañé hasta la salida, se detuvo, dio media vuelta y me deseo una pronta recuperación, reí porque parecía que se refería a otra pérdida; la llovizna nos dejaba los rostros un tanto empapados y teníamos los ojos a medio abrir y medio cerrar...-ambas estábamos ya comiendo y ella estaba tan absorta escuchando que no interrumpió, y eso era bastante raro, ella optaba por hacer un comentario cómico cada que veía una mínima oportunidad, pero esta vez no – Entonces él me tomó, directamente de la cintura, confiado quizá por el Whiskey que tomamos, me cubrió con ese protagónico paraguas y besé lenta y delicadamente su mejilla; nuestra miradas se engancharon y él, un poco sonrojado, besó mi frente... “Adiós María”, pronunció en la voz más cálida y caballerosa, esbozó una media sonrisa y subió a su auto... lo siguiente que hice fue volver al interior y dejarme caer en el sillón pensando en muchísimas cosas poco apropiadas con él al mismo tiempo que recurría mentalmente a “La vie en rose” en la versión de Louis Armstrong- finalicé riendo porque recordarme fue sumamente divertido, aquella noche me sentía como adolescente en su ilusión más “platónica”...

Añeñe con la María 7u7... George Martin se ve tan, tan lindo en esa foto *-*

Fue raro... quizá Martin quería ser amable y le salió lo coqueto y María andaba pensando en un posible Sugar Daddy jajaja.

Sofía: puedes respirar hondo, no pasó nada, habría sido más extraño aún.

Joan: fue muy perturbador imaginar la escena que planteaste con George Martin todo pasita, lujureando con María jajajaja de verdad fue demasiado.

Doris: Una parte de ti quizá quede insatisfecha tal y como le sucedería a Delilah, me preguntó ¿por qué será?. Y esperemos que María aproveche las oportunidades que se le den jajaja.