Let it be... #6O4

Sofía al buscarlo (al recordarlo), notó que ya no estaba, pero al encontrarse con la sonrisa de Paul, esa sonrisa que tanto amaba, no importó nada más...

La noche continuaba entre la música, el entusiasmo de Paul, los inseparables Delilah y Rick, los ojos azules de Ringo y mi éxito con Syd; pero la vida nunca parecía dignarse a ser justa y normal conmigo.

John y George llegaron a la fiesta, ambos acompañados por Astrid y yo, al verlos, me sentí extrañamente irritada.

-Debo ir al baño- dije de inmediato y Syd sólo asintió

-¿Quieres que vaya contigo?

-No, diviértete

-¿Eso qué significa?

-Lo siento, creo que son las copas- él estaba confundido con mi respuesta y yo corrí al baño, me encerré en uno de los cubículos y me senté en el retrete un rato para pensar las cosas y apagar el fuego que había en mi cabeza. Al terminar con ese proceso vergonzoso salí decidida a continuar disfrutando de la noche, pero apenas abrí la puerta…

-¡María!

-¡Astrid!- ambas chocamos, nos mirábamos con cierto temor, quizá porque ambas sabíamos lo que ocurría, yo reaccioné primero y le permití pasar, pero ella se giró.

-Espera…- me detuve en seco –me da gusto verte- me giré lentamente y ella parecía bastante nerviosa, tomaba sus manos y su mirada buscaba una sonrisa en mí.

-Es bueno saberlo- rasqué mi nuca y ella se acercó ansiosa hasta mí

-María, lamento si viste… no sé sólo…

-Astrid está bien- la miré de golpe

-¿Qué?

-No estoy molesta, sólo es un poco… incómodo

-Estoy jodiendo nuestra amistad lo sé- miró hacia el suelo

-No. Creo que nos haces un favor

-No entiendo

-No te des por vencida, Astrid. Si lo quieres como pienso que lo haces, insiste, gánate el corazón de George.

-Pero María, tú…

-Por favor. Quiero lo mejor para ambos y sé que George lo está arruinando por pensar en mí. No quiero que lo haga, quiero que al fin pueda ser feliz con alguien más y me deje ir. Ambos necesitamos una nueva oportunidad con alguien más, qué mejor que él esté contigo- contesté mirando hacia la nada, no me atrevía a mirar a  Astrid a los ojos porque de lo contrario rompería en llanto, y eso no la convencería de hacer lo que le pedía.

-María esto que me pides…- la interrumpí para abrazarla fuertemente, ella correspondió y comprendió que mi petición provenía de un sentimiento de profundo amor hacia George. Al mirarnos asintió y sonrió, tomamos nuestros rumbos y regresé a Syd quien me miraba con detenimiento, lo abracé para evitar su examen visual y descubrí a Astrid robando un beso de los labios de George…

Me aferré fuerte a Syd y él me abrazó de la misma manera, él sabía que George estaba ahí y por ende comprendió que mis reacciones tenían que ver con él. En cuanto a George, estaba en shock, rascó su cabello y Astrid sonrió para invitarlo a bailar y así, a lo lejos, nuestras miradas se encontraron; él intentó poner distancia con Astrid en cuanto me vio y yo desvié mi atención, le sonreí a Syd y él me tomó de la mano para hacerme caminar a un sitio más privado.

-Debes probar algo conmigo

-¿Qué cosa?

-Abre la boca

-Para…

-Hazlo- con un gesto confundido atendí a lo que Syd pedía y él introdujo un terrón de azúcar a mi boca, la cerró delicadamente y él tomó uno también.

-¿Otra vez?- sonreí y me abrazó

-¿Recuerdas que la primera ocasión que tomamos ácido juntos, estábamos en mi casa?. Esa tarde fui hasta la tuya pese a la lluvia y besé  por vez primera tus dulces labios- me decía ahora clavando su mirada enternecida en la mía –Después de tanto tiempo deseándolo.- Yo sólo asentí y nos besamos con el amor que jamás creí sentir por él. Posterior a eso me dijo que los Rolling continuarían la fiesta en casa de Jagger y que estábamos invitados, pensé que sería mejor estar allá que en un sitio que podía volverse incómodo en cualquier momento. Llamé a Delilah, Kate y a Sofía, les comenté lo de la fiesta, las dos primeras aceptaron y Sofía se negó.

-¿Pero por qué?

-Paul está aquí y…-

-Ya entiendo, de ser así, te dejo las llaves de mi auto

-¡Pero yo no sé conducirlo!

-Dile a Paul que te lleve a mi casa, pasa la noche ahí. Meten el auto a la cochera…

-¿Algo más, patrona?- Sonreí por el enojo repentino de Sofía

-No, además la compañía de Paul lo compensa ¿no?- ella sonrió porque sabía que era verdad. Nos despedimos y Kate invitó a Ringo pero éste debía ir temprano a su casa porque tenía visita con sus hijos más tarde (ya que estaba entrada la madrugada); Rick tampoco pudo ir porque debía asesorar a un par de músicos que solicitaron sus servicios. Pese a que los invitados de las chicas no nos acompañarían, nada las detuvo para ir a la fiesta de Jagger. Ambas se fueron con The Animals y Syd se despedía de sus “colegas”, en ese instante pude ver cómo George salía solo del sitio.

-Vamos- Syd tomó mi mano y una vez afuera del salón volvió a besarme, ambos comenzábamos a sentir los efectos del LSD y comenzamos a reírnos porque el entorno cambiaba.

-¿Cuánto apuestas a que llego antes que tú al primer piso?- le dije caminando rápido

-Cuánto a que no- me retó también y miramos las escaleras.

Tomamos distintos rumbos y comenzamos a correr, para mi suerte, encontré el ascensor, pinché el botón esperando que parara pronto para abordarlo y ganarle a Syd quien iría corriendo, muy drogado por el sitio.

El ascensor se detuvo, abrió sus puertas y…

-¡George!

-María…- las puertas estuvieron a punto de cerrarse pero él las detuvo, me miró unos instantes y entré sin más remedio. Nos miramos en todo momento, “escuchando el silencio”.

-María…

-No lo arruines George

-¿Qué?

-Ama a Astrid

-¿De verdad me pides eso?- se acercó a mí mal encarado

-Sí

-¿Por qué?

-Porque será lo mejor para todos. Además… ¡Es Astrid! ¿En qué piensas?

-En ti…

-Olvídalo

-¿Eres feliz?

-¿Quieres que seamos amigos?

-Lo deseo…

-Entonces haz las cosas bien, date una oportunidad con Astrid.

-¿Es porque estás con Syd?

-No

-¿Entonces?

-Es porque quiero que seas feliz

-¿En serio?- seguía dando pasos hacia mí y yo intentaba no tambalearme; aquel ascensor parecía ir muy lento.

-Sí George…- bajé la mirada

-Espero que me creas, porque deseo lo mismo para ti.

-Gracias George

-Sólo así podremos ser amigos ¿Cierto?

-Sí, sólo amigos

-Entiendo…- ambos nos mirábamos borrando el entorno y el mismo tiempo, las drogas que había consumido desbordaban mi cerebro en pasión y mi realidad intoxicada volvió aquella tenue luz, un rojo de “cuarto oscuro”. Los ojos de George se negaban a dejar de mirarme y sus labios lucían rojos, muy llamativos… algo dentro de mí estalló, perdí contra el impulso y me arrojé a los brazos de George y lo besé. Nos besamos, ya que en cuanto sintió mis brazos rodearle, por su mente pasó exactamente lo mismo que por la mía: el deseo por probar un beso de unos labios que se extrañaban demasiado.

Chocamos con una de las paredes del ascensor y lo abracé con pasión mientras el recorría con sus cálidas manos mi cuerpo hasta que lo aparté; el ascensor se abrió y salí a prisa. Él, despeinado y agitado me miró confundido...

¡Ande! ... lo sé no fue nada pero para mí fue demasiado jaja.

HOLI ... soy una cínica lo sé, pero ustedes saben... la vida, pero al fin hoy publiqué jaja. Agradezco sus comentarios, la historia de Karen casi me hace llorar (': fue muy emotivo tu comentario.

Doris y Joan, dense jajaja ahí está el George ;)