Let it be...#6O6

-¿Estás bien?

-¿Por qué la pregunta?

-Por tu extraña amabilidad

-María… olvídalo, nos vemos.- Él me abrió la puerta sin dejar de observarme y yo salí con todo un tornado emocional, creándose dentro de mí...

Subí al auto de Mick y suspiré, estaba agobiada y no entendía un carajo qué sucedía. Mick se limitó a mirarme unos segundos para posteriormente, poner en marcha su auto y llevarme a casa; una vez ahí le di las gracias y bajé pero él hizo lo mismo y se detuvo conmigo, frente a la puerta de mi casa.

-Es una casa muy linda- dijo mirándola

-Gracias…-sabía que él no me había seguido para dar un insulso halago a mi hogar.

-María… no soy nadie para meterme en asuntos ajenos pero… ese tipo, no está bien, deberías hacer algo al respecto.

-Intento ayudarlo…

-No me refiero precisamente a hacer algo por él, si puedes hacerlo por ti, estaría mejor.

-Me sentiría mal dejándolo solo en esto- contesté cabizbaja

-No puedes prescindir de tu bienestar por conseguir el de alguien más.

-Entiendo…- estaba afligida y él lo notaba, tomó mi rostro entre sus manos.

-Hey… está bien, no quiero presionarte, pero te considero mi amiga y es lo menos que podría hacer por ti, espero no estar siendo un pesado con ese asunto de Syd.

-Para nada, agradezco estas atenciones Mick, yo haría lo mismo por ti. Gracias- nos sonreímos y sin más, Mick besó mis labios y me dio un tierno abrazo, yo sonreí confundida y divertida por la extraña situación.

-Deberías descansar. Nos vemos.

-Nos vemos Mick- subió a su auto y se fue, yo suspiré por absolutamente todo y entré a casa. En efecto, mi auto estaba ahí y por ende supuse que Sofía habría pasado la noche en mi casa, sin embargo, había algo más que no sabía y ni me esperaba.

Una vez en el interior escuché ruidos en la cocina, alguien preparaba el desayuno, me dirigí ahí con toda la intensión de saludar a Sofía, pero no era ella quien estaba ahí.

-Vaya huele demasiado… ¡¿Paul?!

-Oye Paul escuchaste si… ¡María!

-¡Tú!- grité y los tres estábamos en medio de una escena tragicómica donde la sorpresa y la incredulidad nos tenían presos.

-María yo… puedo explicar lo que sucedió- se apresuró Paul, quien vestía una bata y unas pantuflas, outfit mañanero muy similar al de Sofía; ambos se habían duchado.

-Pues eso es precisamente lo que quiero saber…- dije en voz histérica

-María, por favor, no hagamos…- intentaba calmarme una Sofía bastante sonrojada

-¡Y tú!... es decir, ¿En mi casa?

-María, los tres somos adultos, creo que podemos comprender…-Paul seguía luchando por su vida y yo le lancé una mirada asesina, haciéndolo dar un paso hacia atrás –pero tienes razón, es tu casa y no debimos…

-¡Paul!- gritó Sofía, éste la miró y ella dio una negativa con la cabeza.

-Bien… bien, suficiente, me iré a dormir. Si le preparabas el desayuno está bien, es lo menos que puedes hacer por ella. ¿Dónde fue?

-¿De verdad preguntas eso?

-Sofía, dudo mucho que tú quieras dormir sobre una cama donde…

-¡Entendí!... la habitación de huéspedes, tu cuarto está intacto- contestó mi prima sin mirarme a los ojos, me quedé observándolos unos segundos y después comencé a reírme de ellos.

-Cómo aprovechan el tiempo eh…

-María cállate- Sofía se dio la vuelta y pude ver que Paul ladeó una sonrisa. No me asustaba el tema, pero no me esperaba la confianza de ambos para hacer posesión de sí en mi casa.

Antes de recostarme para dormir, tomé una ducha e hice unas cuantas llamadas, quería estar segura de que nuestro vuelo de la madrugada hacia Dinamarca estuviera reservado; cuatro tickets, listos. Llamé a Kate y a Delilah quienes parecían estar en el quinto sueño, ambas me contaron en breves resúmenes lo bien que la habían pasado con Jones y Osbourne, respectivamente; me alegró saber que para ambas las cosas salieron bastante bien. Les di aviso de nuestra hora de salida y prometieron estar puntuales; Sofía se iría conmigo.

Me recosté pero no podía conciliar el sueño, Syd estaba ocupando mi mente, quería saber cómo seguía, estaba preocupada, por lo cual llamé a casa de los Floyd.

-¿Sí?

-Oh… hola Roger, es María

-Lo sé

-¿Puedo hablar con Syd?

-Él sigue durmiendo

-hum… entiendo. ¿No ha mostrado… algo raro?

-Eso lo hace diario

-Sabes a qué me refiero

-Sí, por eso lo digo, todo estará bien mientras que no salga de esta casa, hasta el día de la gira.

-Está bien…

-¿Cuándo regresas de Dinamarca?

-Supongo que el martes

-Bien, entonces ese día nos veremos

-De acuerdo. Hasta luego Roger.

-Adiós María- colgamos y seguía pensando que ese hombre ocultaba algo.

Dormí toda la tarde y cuando eran casi las ocho, Sofía me despertó pues tenía que cambiarme y alistar mis cosas ya que en cuestión de horas nos iríamos. Llamé a Kate y a Delilah, quienes estaban por salir de la casa de la primera; Sofía y yo tomamos nuestras maletas, abordamos un taxi y pronto nos reunimos las cuatro en el aeropuerto de la ciudad. Cansadas y emocionadas, esperábamos cosas buenas de Dinamarca…

¡Hola! disculpen que el capítulo sea breve, lo compensaré después. Por cierto los siguientes capítulos estarán narrados por George, para que no entren en confusión.

Joan: María pudo estar con Syd después de besar a George porque es muy cariñosa y le sobra amor como para estar guardándolo xD. La verdad es que Harrison la tuvo mucho tiempo y él mismo se lo perdió jaja.

Michelle: Se me hace muy lindo leerte más seguido en los comentarios :3 y bueno, esa sospecha tuya puede estar algo acertada ;)

Miss Roquet: Oh sí, la fiesta fue como un manjar. Yo veo difícil que haya una solución al problema de Syd, pero esto es ficción y todo puede pasar. Ya casi vamos a Dinamarca jajaja.

Karen: ¡Qué gusto leerte de nuevo por aquí! creo que todas envidiamos la vida de María, ¿quién no quisiera ser guapa, seductora, fotógrafa y poseedora de un excelente catálogo de pretendientes, de esas épocas?. Claro tu historia me está encantando, sólo que soy lenta y además me distraigo con otras cosa, pronto verás mis comentarios por ahí de nuevo jaja.

Pasen una linda noche de sábado :3