Abbey Road...#627

John mostraba ahora más humildad y una mejora anímica, era como si volviera a ser el Lennon solidario y cariñoso que era antes de todos los líos dados, estaba dispuesto a volver a enamorarse, a hacer las cosas bien y, si no funcionaba, al menos lo habría intentado, satisfecho de estar de nueva cuenta en calma consigo mismo...

Ringo, tal y como había dicho se encontraba grabando “The Magic Christian”, él pidió a Kate que le acompañara y ella aceptó con agrado; La filmación no llevaría mucho tiempo pero aún así querían pasar más tiempo juntos, aunque de vez en cuando, Kate volvía a Londres para revisar el inventario de la boutique y no descuidar su trabajo en la revista.

Así como ellos dos pasaban tiempo, ahora Paul y Sofía hacían lo mismo, ella, a petición de McCartney, lo acompañaba para hacer las sesiones de su apadrinada, Mary Hopkin; Sofía había desarrollado una habilidad con los instrumentos en la escuela, además de haberse convertido en la única chica dentro de un grupo de músicos de sesión que se dedicaba a musicalizar la adaptación escolar de “Pride and prejudice” producida, dirigida y protagonizada por miembros de su universidad.

Ambos terminaban de detallar la voz de Hopnkin en una de las cintas recién grabadas, la cantante rubia los observaba moverse casi coordinadamente en su propio asunto que derivaba en un resultado final, una obra trabajada y detallada por ambos. Después de una hora más, Sofía salió junto con Mary quien abordaría su auto, el cual estaba estacionado a las afueras de algún estudio discográfico de la ciudad; platicaban de temas triviales y Mary fumaba un cigarrillo.

-Creo que tú y Paul tomaron una muy buena decisión al estar juntos

-¿A qué te refieres?- preguntó Sofía al ser tomada por sorpresa

-Pienso que no podrían estar mejor con alguien más. Me causó mucha ternura verlos trabajar juntos, entenderse casi sin palabras. Hace tiempo no veía a Paul tan entusiasmado con lo que hacía ni tan inspirado, creo que parte de eso tiene que ver contigo.- Sofía abría sus ojos como platos al escuchar las observaciones de la cantante y quien parecía anhelar la pasiva e idílica situación de ambos.

-Vaya… había escuchado eso en boca de mi prima y mis amigas, pero que alguien externo lo diga es un poco extraño. Pero muy motivador.

-Hace mucho tiempo que conozco a Paul y créeme, antes no parecía tan “completo”- ambas sonrieron, Sofía echó un vistazo al auto de Hopkin y le llamó la atención una hermosa guitarra con incrustaciones de perlas que tenía.

-Wow hermosa guitarra, es… muy parecida a la de Harrison- ahora fruncía el ceño.

-Es porque él me regaló una guitarra como la suya. Recuerdo que en una de esas noches de grabación con ellos, él llevaba esa guitarra y me permitió tocar un par de canciones con ella, yo no podía dejar de mirarla y le dije que era bastante hermosa; él salió de los estudios demorando un poco más de una hora y cuando volvió yo me encontraba en cabina. Al salir descubrí una guitarra nueva, idéntica a la suya que tenía una nota de parte suya. Cuando nos volvimos a encontrar le di las gracias y él dijo que merecía la pena la guitarra y fue todo. Sin alardear ni nada, me sorprendió que fuera tan atento.- Paul salió de los estudios y  la pareja se despidió de Hopkin.

Ambos iban en el auto de Paul quien conducía con intención de llegar a un buen y tranquilo restaurante para cenar algo, al llegar pidió una mesa cerca del jardín del lugar pues la puesta de sol se veía hermosa desde ahí. Una vez atendidos y degustando sus alimentos, así como bebidas, ambos comenzaron a platicar de algunos planes y proyectos que tenían de manera individual, Sofía aprovechó para comentarle la intención que tenía de cambiar de casa y dentro del plan estaba vender el apartamento en el que vivía actualmente.

-¿En serio quieres venderlo?

-Sí, ese dinero podría ayudarme como ribete para la casa que quiera comprar, dependiendo su costo o bien para la adquisición de algunos muebles. Sabes que amueblar una casa y darle un mantenimiento es más caro que otra cosa- decía ella bebiendo de su vino.

-Claro, me parece una medida preventiva muy buena, pero ¿Ya le has dicho a María?

-¿Qué pienso cambiarme de casa? Ya…

-No, lo del apartamento

-Ah… no, ¿Tendría que hacerlo? No lo considero importante.

-¿Segura? Creo que olvidas que ese apartamento era anteriormente de ella, ahí vivió con sus amigas de Liverpool hasta hace unos años y supongo que de alguna u otra manera es importante para ella.- Paul tomaba un bocadillo de su plato para consumirlo, Sofía parecía recordar aquella parte de la historia y ahora tendría algo en qué pensar.

-¿Crees que se moleste?

-Uhm… no, no lo creo, pero pienso que preferirá saber lo que planeas.

-Creo que debo prepararme para encontrarme con su rostro más sensible, olvidaba las memorias que ella tiene en ese lugar.

-Si tienes algún inconveniente dímelo, podría hablar con ella.

-Oh no Paul, no quisiera que el problema se extendiera contigo.

-No sería ningún problema, creo que ambos podríamos entablar una conversación sensata, además tus asuntos de alguna manera me preocupan, siempre querré ayudarte Sofi, más ahora que estamos juntos- dijo él mirándola a los ojos y tomando cariñosamente su mano, haciendo que Sofía se perdiera en ese par de ojos avellana, adormilados como las neuronas enamoradas de mi prima en ese momento.

-Bien… de ser así, creo que te agradecería el gesto- contestó sonriente –Ahora sólo queda pensar a dónde irme a vivir, he pensado algunos lugares, tu zona siempre me ha gustado bastante- decía ella sonriente.

-Pues no se diga más…

-¿Cómo…?

-Sofi…-se quedó él en silencio y rascando su nuca, se sentó más cerca de ella y volvió a tomar su mano. –Llevo ya varios meses queriendo preguntarte esto… ¿Te gustaría vivir conmigo?

-¿Con- contigo? ¿En tu casa?- preguntaba ella, incrédula y nerviosa.

-Sí Sofi, juntos, en mi casa- contestó Paul acompañado de unas risitas provocadas por la reacción de Sofía.

-Pero… pero…

-Siempre has amado ese lugar en donde vivo, además te gusta mucho mi casa y parece que a ella le gustas más- contestó divertido y guiñándole. –Me gusta cuando estás ahí conmigo haciendo cosas como escuchar música, ver películas o simplemente sentarnos en silencio. Desde que pasas los días conmigo mi casa luce diferente.

-¿Cómo?

-Como un verdadero hogar- concluyó acariciando la mano de Sofía, dejando que su mirada atrapara la de ella. Sofía, con un tierno rubor en sus mejillas sonrió.

-¿En verdad es eso lo que quieres, Paul?

-Lo deseo con toda el alma Sofi y me gusta sentirme así de enamorado y tonto- dijo riendo, sin abandonar la ternura y el amor que en ese momento irradiaba por mi prima.

-De ser así, creo que no pondré ningún “pero”- ambos esbozaron amplias sonrisas y sellaron el momento con un dulce beso. Se levantaron y se fueron al apartamento de Sofía donde ella comenzaría a buscar la documentación de la propiedad y tener todo listo por si se hacía la venta. Paul le ayudaba y terminaron dadas las diez de la noche, ambos se pusieron cómodos y Paul preparaba té.

Yo me encontraba en casa viendo una película con David quien estaba aprovechando su tiempo libre para estar conmigo y ese día en particular, habíamos optado por pasarlo en casa; comíamos palomitas, enfundados en las ropas más cómodas y holgadas, ambos con el cabello recogido en unos “chongos” despeinados. Acurrucada en su pecho y tapados con una tenue manta, jugando de vez en cuando para molestarnos y conciliar todo con un beso.

El teléfono sonó y me levanté un poco aflojerada a contestar, pero la voz del otro lado de la bocina, casi me hace pegar el grito en el cielo… o quizás lo hizo.

-¿María?

-¡¿Montse?! ¡¿En verdad eres tú?! ¡Hola!- del otro lado se oían risas

-Hola María ¿cómo has estado?, espero no interrumpir.

-No, para nada, no hacía nada importante- David me miraba con extrañeza ya que él no conocía a Montse y tampoco a Alice o Pam.

-Qué bueno, me alegra escucharte después de tanto tiempo, al menos me has tenido al tanto de tu vida por medio de cartas, como a las demás, pero es distinto si te llamo…

-Muy distinto. ¿A qué se debe el placer?

-Espero que ya tengas listo tu vestido

-¿Cómo? ¿Ya?

-Sí, en dos semanas me caso María- dijo riendo, sonaba muy emocionada.

-¿Sin más interrupciones?

-Sin más interrupciones. Puedes venir con alguien si lo deseas…- miré a David quien cambiaba de canal.

-Ya veré, si no, de todas maneras estaré ahí muy feliz de ver la unión de mis amigos- dije entusiasmada.

-Será increíble que estemos todas juntas de nuevo…-hablaba ella muy nostálgica.

-Bastante, además en Liverpool. Será como vivir por un pequeño segundo aquello que solíamos vivir.

-Dejemos las lágrimas para mi boda- dijo riendo –te dejaré descansar, estaremos llamándonos porque quiero que seas una de mis damas de honor, teniendo a las otras dos acompañándote.

-¿Es en serio?

-Sé que lo odias, tal y como odiaste ser dama de honor para la boda de tu hermano, pero recuerda que nos veíamos lindas vestidas igual- ambas reímos y recordé que en la boda de Saúl con Colleen, habíamos sido solicitadas como sus pequeñas damas de honor y la más feliz con el asunto era Pam, tan eufórica como siempre; por otra parte, los Beatles nos habían acompañado a la fiesta, cantaron para la pareja y esa tarde George fue honesto conmigo respecto a sus sentimientos. A solas y en un jardín que era la cursilería escenificada, me confesó aquel amor que había sentido por mí desde que éramos adolescentes y en la noche, al acabar la fiesta y al llevarme a casa, nos dimos nuestro primer beso.

-¿María?...

-Ah sí… lo siento, pones recuerdos en mi mente. Pero sí, si ya fui dama de honor de mi hermano, claro que lo seré de ti… aunque no me guste- volvimos a reír.

-Cállate tonta. Te llamo luego, cuídate mucho María.

-Tú igual, te quiero amiga- ella contestó la frase y colgamos, me senté en el sillón un poco distante a David porque me mordía las uñas, mientras me hundía en mil recuerdos.

-¿Montse?- me distrajo, lo miré un poco distraída aún, me sentí rara por unos segundos al estar divagando en el pasado y toparme de pronto con el presente

-Sí, Montse, una de mis mejores amigas. Íbamos en la misma escuela y vivíamos cerca, en Liverpool, claro; pasamos por muchas cosas juntas, ella, yo y otras dos amigas de nombre Alice y Pam. Montse se casará con otro amigo de la infancia, Jasso y la boda será en dos semanas. Se había pospuesto. Ah y seré su dama de honor.- intenté ser breve y el parecía sorprendido.

-¿Cuántos amigos tienes?- preguntó divertido –No te imagino como dama de honor.

-Pues hazlo, quizá me veas… hum… te… ¿te gustaría ir conmigo?- pregunté un poco nerviosa, sin saber por qué.

(Sofía)

¡Hola!

No recuerdo cuándo fue la última vez que publiqué algo jajaja pero espero que les guste el capítulo, intenté publicar algo más extenso porque que sé que aman leer xD.

En el primer comentario les dejaré un (gran) fragmento del capítulo donde ocurrió lo que María comentó sobre el momento en que Harrison confiesa su amor; si la dinámica les agrada continuaré haciéndolo cada vez que haya una mención tipo "flashback".

Por esta publicación, es todo de mi parte (super atención al cliente), pasen un buen sábado vacacional. Gracias por sus comentarios.