Abbey Road...#652
Era
un día extraño sin ocupaciones, esperaba la hora acordada para ir hasta la
boutique a encontrarme con Kate y las demás para probarnos los vestidos, David
me llamó tal y como se lo pedí, dijo que esa madrugada seguro volvían a
Londres; me platicó sobre algunas cosas un poco tensas con el público pero
también con Roger, pero no todo fue malo, dijo que había tomado suficientes
fotos como para mantenerme entretenida curioseando entre ellas. Yo le conté a
grandes rasgos las sorpresas en la fiesta de Delilah y John, lo más
impresionante para él fue el compromiso de mi prima con Paul y se burló un poco
por el sentimentalismo con el que hablaba del asunto.
Ambos
coincidíamos en que nos había hecho falta platicar tanto como en ese momento,
nos sentíamos bien charlando de nuestras cosas y, después de un par de horas al
teléfono, colgó para iniciar con sus asuntos. Yo aproveché el tiempo para
arreglarme un poco, llevaría ropa cómoda y quizá tomaría el bus, no tenía ganas
de conducir ese día.
Una
vez dadas las tres de la tarde, salí y efectivamente tomé el bus, pensaba mucho
en lo raro que me era estar emocionada por descubrir lo que Kate nos tenía
preparado, pensaba en mi prima y lo entusiasmada que estaría aún, en Delilah y
su pequeño Robin, de quien parecía no quererse alejar. Todo en esa tarde iba
bien, pero yo sentía que algo me faltaba.
Cuando
llegué pude ver a Kate charlando con Delilah y Jeane Shrimpton, las tres
parecían evaluar uno de los vestidos que veían en los aparadores, fue curioso
que cuando yo cruzaba la avenida, Sofía también fuera llegando. Todas nos
saludamos efusivas aún por los vestidos sorpresa y por el compromiso de Sofía;
al entrar caminamos por la lujosa boutique y nos sentamos en un cómodo y
elegante sillón, tuvimos que esperar aproximadamente cinco minutos cuando las
cajas llegaron.
-Bien...
un momento- nos detuvo Kate –Nada de comentarios hirientes ¿de acuerdo?- se
sentía un poco insegura con respecto a nuestra opinión.
-¿Tan
mal están?- preguntó riendo Delilah
-Sólo
es una petición- agregó Kate. Todas abrimos las cajas y dentro de ellas había
vestidos largos con hermosos colores pastel, tenían un estilo liso bastante
hippie y eran muy veraniegos, pues ya habría estado iniciada la estación para
cuando la boda de Kate se efectuara. Los vestidos eran de manga caída y la
longitud de esta sólo llegaba hasta antes del codo.
-La
boda se llevará a cabo en un lugar abierto, con muchos árboles y flores y una
vista grandiosa a un lago, será muy hippie y creo que ya lo notaron. Eso no es
todo, hay un pequeño detalle: llevarán una flor
a un costado de su peinado.
-¿Cómo
las hawaianas?- preguntó Sofía.
-Así
es, como ellas- dijo Kate riendo. –El peinado ya lo decidirán ustedes.
-Muy
bien, pensaremos bien en eso.-comenté. Todas estábamos realmente felices y
conformes con nuestros vestidos, los cuales llevaban colores muy de nuestros
gustos, sin duda tener a Kate y Jean como amistades cercanas era algo bastante
ventajoso.
-¿Y
cuándo comenzaremos a planear tu boda?- preguntó Delilah muy interesada,
mirando a Sofía quien soltó a reírse.
-Creo
aún no es momento para pensar en eso, primero dejemos que la boda de Kate se
lleve a cabo y después podemos poner toda la atención en los planes de la mía.
No quiero ser egoísta.
-Para
nada- contestó Kate –Y cualquier cosa que necesites, sabes que nos tienes,
estamos disponibles y dispuestas a ayudarte.
-Gracias,
sé que así será. Además me parece que los chicos están próximos a comenzar a
grabar su nuevo álbum así que creo que nos podemos quedar tranquilas, habrá
buen tiempo para la planeación.
-Perfecto,
Delilah será quien desde ya, tenga todo pensado- dije para molestar y todas
reímos. Saliendo del lugar cada quien tuvo que partir a un sitio distinto:
Sofía volvería a su casa para después partir junto con Paul a Manchester, quien
deseaba ir desde ya a pedir la mano de mi prima, con sus padres. Kate y
Delilah, quienes por motivos de la boda se habían vuelto inseparables, se
fueron a comprar zapatillas para el evento. Yo sólo comencé a caminar a un
sitio más propicio para tomar un taxi e ir a casa a dejar el vestido, y así lo
hice. Me entretuve un momento pensando en los zapatos que usaría y el peinado
que me haría cuando alguien llamó a la puerta: era George, iba en bicicleta.
-Qué
sport- dije entre risas
-Se
oxidará, mejor la uso. Paso para informarte que ya elegí un diseño y desde esta
misma mañana, ha dado inicio la renovación- me contó muy feliz por la noticia.
-¿De
verdad? Qué rápido eres George, al parecer en serio estás entusiasmado.
-Es
mi casa María, me encanta ¿es normal que me sienta así no?
-Sí,
eso pienso...
-¿Qué
harás? Es una tarde bonita y un poco calurosa ¿quieres ir a tomar un helado?
-No
lo sé...
-¡Anda!
Toma tu bicicleta y salgamos a dar una vuelta- como George parecía muy feliz y
era entendible el porqué, decidí aceptar su invitación, era mejor estar por ahí
pedaleando a no hacer nada en mi casa. Tomé mi bicicleta y salí junto con él,
pedaleamos hasta el centro y buscamos una heladería, la favorita de George, era
un tanto discreta y exclusiva; entramos, pedimos nuestros helados y platicamos
un buen rato sobre nuestros amigos y las canciones que él había compuesto
recientemente.
-La
canción que cantaste ayer me gustó demasiado- dije
-¿En
serio? Eso es bueno, la titulé “Here comes the sun”
-Me
imaginé, Eric me habló un poco sobre su proceso creativo. ¿Has escrito más
canciones?
-Sí,
una se llama “All things must pass”, pero los chicos la ignoraron, no sé si la
incluya en el álbum.
-Deberías
insistir o bien grabar tu propio álbum- dije a manera de broma
-Lo
he pensado, de hecho Paul me comentó que quería grabar un álbum en solitario,
si él se anima quizá yo también.
-Los
trabajos en solitario incentivan la...
-María,
quizá ya sea tiempo de tirar la toalla, sabes que lo he pensado en más de una
ocasión.
-Sería
muy triste- dije seria.
-Tendrá
que pasar lo que deba pasar, mientras no te preocupes por eso que han llegado
nuestros helados.
Degustamos
los helados y hacíamos comentarios al respecto, cuando terminamos, pensamos que
era buena idea ir hasta uno de los parques aledaños al río y así lo hicimos.
Íbamos echando carreras y cuando nos cansamos fuimos amables intentando llevar
el mismo ritmo. Al llegar a un área verde muy discreta nos sentamos y
contemplábamos el paisaje.
-Qué
gracioso paisaje de edificios y áreas verdes, uno casi siempre ignora esa parte
por la rutina- dijo él. Él sol nos regalaba la luz de las cinco de la tarde,
pronto comenzaría a bajar para hacerse más rojizo.
-Somos
tontos George y casi no apreciamos lo que la vida nos da.
-Estoy
de acuerdo.- Me recosté en el pasto y él se quedó sentado observando el
panorama, llevaba un moño alto (chongo) bien amarrado y era un poco especial
que llevara el mismo look que David quien también llevaba el cabello largo y la
barba abundante; ambos lacios sólo que uno rubio y otro castaño.
Pronto
se recostó a un lado mío y nos miramos.
-¿Por
qué tienes que meterte en mi espacio personal?- pregunté para molestarlo y él
sonrió.
-Me
has pegado la pereza y quise parecer vago también recostándome a un lado tuyo.
-Copión...
-Enojona-
ambos reímos y nos quedamos en silencio.
-¿Podrías
cantarla?
-¿Qué?-
preguntó él sin entender.
-La
canción- le dije -¿Podrías cantar “Here comes the sun”?- pregunté y pude sentir
su mirada un poco confundida.
-No
traje mi guitarra...
-Dije
cantar no tocar- me reí –pero si te incomoda...
-Para
nada.- Y después de un poco de silencio comenzó a cantarla. Como grandes
árboles nos rodeaban el viento hizo mover sus tantas hojas, se creó un clima
perfecto, el sol cada vez bajaba más, algunos pajarillos se escuchaban
acompañando con su canto, la delicada voz de George. Había, fuera de nuestro
perímetro, mucho silencio. Cuando George terminó sonreí y él me miró, le
agradecí y él sólo sonrió, le dije que era momento de ir a casa y él estuvo de
acuerdo; tomamos las bicicletas y pedaleamos de nueva cuenta hasta mi hogar.
Cuando
llegamos el cielo daba indicios de oscuridad.
-Gracias
por la invitación, me habría aburrido bastante- le decía mientras veía cómo
acomodaba mi bici.
-Estoy
seguro de eso, pero a veces eres tan ermitaña como yo- dijo riendo.
-Algún
día tendremos que cambiar.
-Algún
día...- repitió él. Ambos nos quedamos en silencio mientras yo terminaba de
acomodar la bici, él continuaba observándome y cuando lo noté, le sonreí
amablemente y él correspondió a ello; nos dirigimos al portón de entrada y nos
despedimos.
Él
iba tarareando una melodía que no logré reconocer.
-¿Y
eso?- pregunté
-Quizá
una nueva canción...
-¿Sobre
qué?
-Sobre...
algo.
-¿Algo
de qué?
-No
lo sé, sólo algo- comenzó a reírse y yo le seguí. Apreció un segundo mi rostro,
mis ojos, mi sonrisa y salió a la acera.
-Me
he sentido esta tarde como una niña que sale a jugar con su pequeño amigo. No
entendiendo qué te hace desear mi amistad pero es bueno.
-Menos
mal- contestó riendo –creo que ni yo podría explicarlo, tal vez ese algo que no
sé describir con lo que tarareaba, lo mismo para contigo.
-¿Cómo?
-Ese
algo que me hace quedarme o volver o insistir. Algo en tu forma de ser o en la
que sonríes o... en la que me molestas siempre por mi cabello largo.- comenzó a
reír.
-A
todo mundo molesto George, pero coincido contigo con el “algo”, también lo
tienes. Yo nunca supe qué era lo que la gente veía en mí y el hiriente de
Warhol dijo “no pareces una chica It” y se fue para dejarme ahí medio
insultada- le conté y ambos reímos.
-Warhol
no piensa, sólo hace cosas bonitas- contestó –Pero será mejor que te deje.
Espero que nos veamos pronto.
-Yo
igual George, suerte con lo de tu casa.
-Gracias...
-¡Adiós!
-Adiós
María- dijo por última vez y se fue.
Comí
sola y vi la televisión, estaban pasando películas interesantes en su
programación. Dando las doce de la noche alguien llamó a la puerta, me asusté
porque no solía recibir visitas a esa hora de la noche; me acerqué lentamente
hasta el portón y pregunté quién era, después de un breve silencio me
tranquilizó escuchar un “Soy Dave”, del otro lado. Sonreí ampliamente y abrí el
portón. Y mi novio estaba ahí, sonriendo como siempre que me veía.
Ignoren que "Puttie" aparece en esa foto, ya no es relevante para la historia.
Presiento que con los siguientes capítulos sufrirán de cierto malestar en el estómago debido a una situación por ahí que está próxima a suceder jaja, pero también espero que les guste.
Gracias por sus hermosos comentarios, me alegran bastante :3

De hecho cuando vi a Pattie en la foto pensé "ésta pendeja again" pero qué alegría no encontrarla en el capítulo. Esos encuentros con George llenos de madurez combinado con nostalgia me ponen un Poco triste :( pero ya era hora. Pinche David también ya era hora que apareciera el cabrón.
ResponderEliminarVoy preparando mi estómago para el próximo capítulo *pero seguro igual terminaré echando el hígado jajajajajajajaja*
aay <3 amé mucho éste capítulo por la escena bonita de Frida y George <3 espero que no terminen como amigos y ya T____T jajajaa bueno es tu historia y como quieras terminarla me va a gustar <3
ResponderEliminarya quiero ver la boda hippie de Kate y Ringuis jajajaja también ya tengo los pañuelos listos para lo que viene :( no importa, lo que sea lo espero jajajajaja
bueno hija nos seguimos leyendo <3
Puttie JAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarAy me encantan estos capitulos, son tan paz y amor (se avecina la tormenta acaso?? 😲)
David mí amorrrrrr 💟💟💃 me calmo jaja.