¡Sorpesa!



Like Dreamers Do

Liverpool, Inglaterra, seguía siendo verano, sólo que durante los veranos ingleses siempre llueve... como cualquier otro día en ese lugar. Si vives en el puerto el clima sólo se vuelve de una humedad un poco densa y pesada.
De fondo se escuchan extraños objetos moverse, chocar y sonar como máquinas, máquinas de hospital.

Alguien ha entrado al cuarto y en el costado derecho se percibe un movimiento, alguien ha sobrevivido al pesado sueño producto de un desvelo.
-“Buenos días señora, lamento haberla despertado...”
-“Oh, no se preocupe, de haber continuado estaría cayendo en la pereza”
-“No ha dormido bien durante las últimas noches. No hay pereza dentro del cansancio y la preocupación.”
-“¿Qué hora es? Por cierto...”
-“Las once de la mañana en punto”
-“Vaya... muchas gracias. Saldré un momento para asearme y encontrarme con mi marido.”
-“De acuerdo y vaya con cuidado, aquí estaremos por cualquier cosa que suceda.”
-“Muchas gracias... llámeme, por si algo extraordinario sucede.”
-“Así será...”
Ahora sólo había una persona en la habitación y parecía revisarme de pies a cabeza, y precisamente mi cabeza se sentía anestesiada.
-“Perdón, he vuelto por mi carterón”- se oía de nueva cuenta
-“No hay cuidado, señora Monroe”
-“Pataky”
-“Cierto, lo lamento, lo lamento”- decía la voz con nerviosas risas.
-“¿Pataky?”- pensé ahora con la mente más plena -¡Mamá!- pretendía gritar, pero mis ojos continuaban cerrados y me sentía como si hubiera tomado diez frascos enteros de somníferos.

Intenté moverme y pese a que sentía que hacía un gran esfuerzo, el movimiento era apenas perceptible. Intenté con mayor fuerza debido a la desesperación de no entender qué me pasaba, hasta que...
-¡Mamá!- mis ojos se abrieron como reflectores, con un reflejo casi de horror, mi respiración iba a mil y mi vista iba de cero a cien en un lento enfoque.
-¿Qué has dicho?... ¡Dios! ¡Has despertado!- se asombro una joven chica vestida de blanco a un lado mío. Era una enfermera. -¡Doctor, venga rápido por favor! ¡La paciente de la habitación 58 ha despertado!
-¿Paciente?... ¡¿Despertar?! ¿Qué carajo?- pronto una horda de personas en ropas y batas blancas se apresuraron a entrar en la habitación: tres enfermeras, un doctor y una doctora. Para mí ya eran casi un ejército.
-Señorita Monroe... está despierta... mueve los ojos ¡no haga esfuerzo!- se alteró en cuanto intenté levantarme porque estaba totalmente desubicada.
-¿Cómo demonios...? ¿Qué pasó? ¿De qué están hablando?
-Vaya, habla con total normalidad, sus reflejos están un poco lentos, pero procesa de inmediato la información. Es un caso extraordinario.-Decía la doctora.
-Sugiero que vayamos por su bitácora- comentó el doctor y volvieron a salir.
Y tan rápido como llenaron esa habitación, pronto la dejaron en completo silencio, dejando únicamente a la enfermera que ya se encontraba antes ahí. Al mirarla noté que ella me observaba con detenimiento y cierta ternura, yo fruncí el ceño ¿A qué se debía su mirada?
-Deberían ponerse en contacto con mi familia- comenté
-Ellos han estado aquí desde hace casi una semana...-me contestó
-¿En verdad? ¿Cómo lo supieron? ¿Salió en las noticias?
-¿No recuerdas nada? Ellos mismos te trajeron
-¿Ellos? ¿Cómo?- Me senté con un poco de torpeza y poco a poco comencé a sentir algunas cosas raras, desde el vamos la situación era extraña pues las cosas no eran como se supone que debían de ser. -¿Aún usan esos dinosaurios?- pregunté al ver un televisor del tamaño de un tocador.
-¿De qué estás hablando?
-No puedo creer que en pleno ’69 sigan usando estas cosas...-Pronto vi dibujarse en su rostro una expresión bastante asombrada, confundida y hasta cierto punto divertida.
-¿69 has dicho?
-Sí, ¿por qué?
-Creo que esto será más difícil de lo que pensamos...
-Pues vendré a consulta, es momento de irme, tengo cosas por hacer. ¿Me ayudas a quitarme esto? Me alegro de haber estado dormida cuando me insertaron este horrible suero.
-No puedes irte, aún no te dan de alta y para pedir una voluntaria tendrías que ser mayor de edad- respondió con severidad.
-¿Qué?- comencé a reír muy alto – Sé que luzco muy joven, me halagas, pero no te pases, soy una mujer adulta de 26 años. Puedo firmar cualquier cosa responsiva.- pronto vi que mordió sus labios intentando callar fuertes risas.
-¿26 años? Claro... espera aquí que ya vendrán los doctores y posiblemente tu madre.
-No vas a burlarte de mí, exijo que...-al instante de sentir con mayor consciencia mi cuerpo me quedé en silencio.
-¿Qué pasa?
-¿Por qué mis pechos parecen más pequeños?- pregunté confundida y ahora sí explotó a carcajadas.
-Debe ser porque tienes 17 años, niña- yo la miré con total impacto.
-¿Me estás jugando una broma?
-No... mira- me dio un periódico del día y éste indicaba una fecha: 31 de agosto de 1960.
-Pe-... pero... pe- estaba tan asustada, confundida, no entendía nada -¡Estoy muerta!- grité y ella seguía riéndose fuerte, de pronto una mujer muy elegante entró casi corriendo. Era mi madre y verla casi me hace explotar los sesos.
-¡María! ¡Hija! ¡Qué gusto que estás despierta!- me abrazaba, apretaba, me besaba y todo de manera muy desesperada.
-Madre...-decía con mucho pavor.
-¿Qué pasa? Quita esa cara...-sus lágrimas corrían rápido hacia sus mejillas y yo quizá estaba pálida del susto.
-Estás tan joven- toqué su rostro -¿Cómo lo hiciste? Tú no te veías así ayer...
-¿De qué habla?- preguntó mi madre a los doctores.
-Ella piensa que es una mujer de 26 años que vive en 1969- respondió la enfermera riendo.
-¡Ahora entiendo!- gritó el doctor -¿me permite? Nena- dijo el tipo ahora ocupando el lugar de mi madre. –No es 1969 y no tienes 26. Tienes 17 y estamos en el ’60; sufriste un accidente de auto hace casi una semana, lo cual te causó una especie de coma por el impacto que sufriste. Esas ideas que tienes en tu cabeza han sido sólo un sueño.
-¡¿Qué?! ¡No, no! Me rehúso a pensar y aceptar que fue un sueño... ¡Fue toda una vida! Fue extraordinaria.
-Te daremos unos calmantes...
-¡Ah no! No quiero que la vuelvan a dormir- exigió mi madre.
-No la dormiremos, sólo la tranquilizaremos, está sufriendo un gran impacto mental y emocional, no podemos agotarla, ya tendrán el tiempo de hablar.

De inmediato me dieron un par de píldoras, mi madre se quedó ahí hasta que lograran hacer efecto y en la tarde mis hermanos y mi padre fueron a verme. Platicamos demasiado y me ayudaron a hacer mis ejercicios para comprobar que estuviera bien.

Pregunté por mi mejor amigo, Jasso, y me dijeron que sólo se había roto unos cuantos huesos, pero que ya lo habían dado de alta y que lo más probable era que a la mañana siguiente se me diera de alta también.

Durante todo el maldito día me tuvieron haciendo todo tipo de ejercicios que mantenían estupefactos a los doctores y a mis propios padres, no lograban entender cómo alguien había sufrido aparentemente un coma, podría estar respondiendo como si no hubiese pasado nada. Para el atardecer estaba cansada, todas las actividades que tuve que realizar, desde las físicas hasta las mentales, me habían agotado demasiado.

Decidieron dejarme tranquila y darme su horrenda comida sin sabor, pero no tenía hambre, no quería siquiera hablar con nadie, sólo quería permanecer recostada en mi cama sin tener que escucharles decir ni una palabra, ni siquiera dándome indicaciones. Haber despertado de un sueño tan maravilloso, tan real, me había causado depresión; era triste estar en una habitación, convaleciente y siendo tratada como una idiota, después de haber tenido un estúpido accidente.
Pensé en Jasso y en el odio que sentía hacia a él ¿Quién podía ser tan estúpido como para estrellar una camioneta en un poste por confundir las velocidades? Ése idiota.
Me sentía avergonzada, mi hermano mayor me platicó todo lo que sucedió antes de irme, más bien, de intentar “huir”: había discutido con mis padres y había hecho una escena vergonzosa con maletas y todo. Planeábamos ir por Montse y Alice para largarnos a Alemania pues habíamos escuchado que allá, en Hamburgo para ser precisos, las oportunidades a las bandas amateur eran demasiadas.

-¿Hija? Entró mi madre con cautela?
-¿Qué pasa mamá?- pregunté a la fuerza, estando recostada sobre mi lado izquierdo, dándole la espalda a la puerta.
-Hay alguien que quiere verte...
-Si es Jasso dile que no pierda su tiempo y vuelva a su casa... esta vez sin estampar nada.
-No se trata de Jasso
-De todas maneras no me interesa...
-¿De verdad?- la voz de un chico se coló  en la conversación. No puedo describir el sentimiento que me invadió de pies a cabeza al momento de escuchar y reconocer aquella voz.
Me senté abruptamente y miré hacia la puerta, entonces entró un chico que sin duda conocía: alto, delgado y pálido. Su cabello castaño oscuro y sus labios rojos; las facciones más finas que podrías verle a cualquier chico de su edad.

-Stu- Stuart- apenas logré decir, con asombro, pánico y emoción.

Él entró sonriendo y camino hasta el lado donde me encontraba, se detuvo ahí sonriendo ampliamente llevando un pequeño ramo de flores, eran amarillas por lo que supuse que eran narcisos.
Mi mamá se fue estando tranquila de dejarme en compañía de Stuart. Yo continuaba pálida e inmóvil, él seguía sonriendo porque debía ser gracioso para él, pero yo estaba sufriendo por dentro.

-¿Sólo piensas mirarme?
-...
-¿En serio no me dirás nada?
-...
-¿Te sientes bien?- esto lo preguntó ahora preocupado al ver cómo en mis ojos se acumulaban las lágrimas hasta que comenzaron a caer. –María, ¿te sientes...?
-Eres tú, estás aquí. Stuart eres tú- sólo podía repetir y él no entendía nada.
Me lancé a sus brazos y comencé a llorar desconsoladamente y él me abrazó un poco inseguro al inicio pero al notar mi estado histérico, me abrazó fuerte para poder tranquilizarme.
-Sí, soy yo ¿Está todo bien?
-No, no está bien...-me alejé para mirarlo a los ojos –Tuve un sueño extraño y en él ocurría algo horrendo...
-¿Cómo qué...?
-Sólo abrázame ¿quieres?- no me atrevía a decirle que en mi sueño él había muerto de manera dramática.
-De acuerdo...-

El resto de la tarde hablamos sobre temas variados desde el accidente, mis días dormida y su fallida salida hacia Hamburgo, fue precisamente cuando lo mencionó que pude recordar que otro de los motivos para huir de casa, era el viajar con ellos.

-Esta será última noche que pase aquí
-Lo sé, me dijeron que saldrás mañana a medio día
-¿De verdad?
-¿No te lo habían dicho?
-No lo habría preguntado de ser así...
-Tienes razón, les jodí la sorpresa- ambos reímos y era hermoso tenerlo a un lado mío, estar escuchando su voz y poder mantener contacto con él.
Stuart tuvo que irse a las cinco de la tarde, mi familia me dedicó el resto del día y continuaron con los ejercicios y observaciones sobre mi progreso. En efecto, saldría al día siguiente al medio día y todos estábamos aliviados de saber que al fin pasaríamos una noche en casa.

A la mañana siguiente pude ver un pequeño ramo de flores en la mesa donde me servían el desayuno, cuando pregunté quién las mandaba la enfermera respondió: “Fue el chico que vino cada día a verte”.

-Gracias, la duda se ha disipado- comenté con sarcasmo y sonrió
-Un jovencito que aparentemente tiene tu edad. Es de tez blanca, mejillas rosadas, tiene una cara muy...
-Enfermera ¿puede ir a la habitación 55 por favor?- preguntó de pronto otra enfermera de edad avanzada.
-Claro, en un momento voy
-La necesitamos de inmediato, hay un percance con la sonda y...
-Oh, entiendo. Te veo después María
-No, no, espere ¿qué chico fue?... maldición. Seguramente fue Paul, qué valiente- Para ese día yo sabía bien que se sentía atraído a mi amiga Montse, quizás por eso los había soñado involucrados en una relación amorosa.
Me duche, me arreglé y la mañana se fue con bastante rapidez, toda mi familia se presentó para verme salir de ese hospital, al cual tenía que volver para las siguientes observaciones, pero ya sería quince días después.
Me recibieron con flores, globos, peluches y un buen regaño por parte de mi padre quien poseía una gran severidad en su ser, pese a ello me abrazó fuertemente para dar gracias a la vida de estar ahí, de pie, siendo asfixiada por sus enormes brazos.
Llegar al vecindario era extraño porque lo recordaba de otra manera, como en mi sueño, en un 1969 que no tengo idea de dónde saqué, pero lo extrañaba, era raro sentir nostalgia por una época en la que aún no vivía. Me sentía nuevamente como una mocosa insignificante que estaba a un año de asistir a la universidad, que dependía de sus padres y ahora sería vigilada con mayor rigor.
La vida en mi sueño había sido más excitante, un poco sufrida pero excitante y esperaba que la realidad fuera un poco parecida a eso y que si los chicos se hacían famosos como en mi sueño, fueran buenos amigos míos. Aunque en mi mente estaba uno de ellos a quien necesitaba ver urgentemente, pero tuve que esperar, pues ese primer día de vuelta en casa tuve visitas de otros familiares y fue un día bastante ocupado.

Fue después de dos días que mientras cepillaba mi cabello y escuchaba música, escuché que alguien recargaba su bicicleta en la barda del patio frontal, me asomé y vi a un chico que debía tener mi edad y cuyo peinado engominado me era familiar. Por un momento pensé que se debía de un pequeño repartidor, pero al escuchar la calidez con la que mi madre le hablaba decidí apagar la música y asomar un poco la cabeza por mi puerta para poder escuchar algo; no fue sino hasta que mi madre gritó mi nombre, que pude sacarme de dudas y al mismo tiempo saludar al pequeño sujeto que tanto había esperado ver.

-¡María, baja, alguien vino a visistarte!
-¡Voy!- arreglé un poco mi cabello y bajé corriendo. Era un día cálido de verano y todos vestíamos ropa un poco ligera.
Al llegar a la puerta me asomé tímidamente y me encontré con un chico con peinado que parecía cubeta, esperando en el porche por mí. Me daba la espalda y miraba su bicicleta.

-¿George?- él se giró abruptamente y nuestras miradas se encontraron: ahí estaban esos jóvenes y dulces ojos marrones que tanto había esperado ver.
-María, hola, no te escuché- respondió tímido y sonrojándose en seguida.
-¡George eres tú!- grité emocionado y me lancé a su pobre y delgado cuerpo para abrazarlo con fuerza mientras el tambaleaba. Primero me dio unas palmadas hasta que se dio cuenta que no lo soltaría hasta que me abrazara también. Cuando lo hizo sonreí ampliamente, supuse que se debía a que después de mi sueño, sentía una conexión fuerte con él, pues supuestamente en ese 1969 de mi mente, estábamos comprometidos... o algo así.
-Vaya... esto es tan...
-¿Tan qué?- pregunté aún con mi emoción amenazante.
-Tan distinto a lo que esperaba. Nunca habías sido tan eufórica conmigo.
-Quizá no me gustó dormir tanto y sentirme medio muerta.- ambos reímos.
-Traje estas para ti- me mostro un pequeño ramo de flores, eran margaritas, como las que había en mi pequeña mesa en el hospital, entonces supe que había sido él, el chico que me visitó.
-Wow... entonces eres tú...
-¿Quién soy yo?- preguntó confundido.
-George... ¿Tú fuiste a verme todos los días mientras estuve en el hospital?
-Ehhh...- volvió el sonrojo y su mirada intentaba huir de la mía. –Si digo que sí tú...
-Aww ¡Qué tierno! Gracias- volví a abrazarlo y él rió.
-Estás muy efusiva el día de hoy.
-No te das ni una idea...
-Lamento que Paul no viniera, quizás quieres verlo pero él...- George sonaba un poco desanimado, ahora mis sospechas eran confirmadas: le gustaba al orejón y yo estaba feliz por eso.
-No importa, sé que debe estar con Montse...
-Pe- pero...
-Lo sé George, sé que a él le gusta ella y esta vez no haré ningún trato con Montse
-¿Trato?- preguntó confundido y recordé que ese dichoso trato fue producto de mi coma.
-Ah... uhh... tonterías que se me ocurren
-¿Cómo que un...?
-Me alegra de que seas tú quien esté aquí.- Fui directa y sus ojos se encendieron.
-¿De... de verdad?
-Sí George, Paul puede hacer lo que se le dé la gana, ni novios somos- ambos reímos y él parecía emocionado. Yo estaba fascinada con ver al pequeño George de nuevo porque era encantador, con ese par de cejas gruesas, sus orejas enormes y sus mejillas rosadas y sonrojables.
-Eso cambia mucho las cosas- sonrió ampliamente. –Pero no está con ella, está con John y Stuart quienes se reunieron con un chico que conocimos hace poco, se llama Oliver.
-¿Oliver?
-Y tiene una prima, se llama Alison. Creo que te agradaría conocerlos, son muy educados aunque muy adinerados. Los chicos se vuelven locos con ella, pero Stuart la odia por ningún motivo aparente- me contaba riendo y ahora yo tenía a esa Alison en la cabeza.
-¿Y tú no la odias?- él se sonrojó
-No. Somos amigos. Es... es muy guapa a decir verdad, pero es más grande que yo por algunos años y sería una estupidez de mi parte...
-Oh, entiendo...-respondí desilusionada y él lo notó. Su rostro cambió y después de mirarme unos segundos sonrió un poco.
-María...
-¿Sí?
-¿Harás algo justo ahora?
-No, ¿por qué?
-¿Quieres ir a tomar un helado conmigo?- sonreí ampliamente.
-Claro que sí George, nada me gustaría más.
-Esto debe ser un sueño.-dijo
-Ojalá que no...- respondí al instante y él sonrió.
Entré a casa por dinero y para informarle a mi madre que saldría con George, ella me pidió que fuera precavida, pero era raro verla feliz por verme salir con George, algo se traía. Cuando salí tomé mi bici y me acerqué hasta él, caminamos con ellas un poco hasta la esquina de la avenida y al estar ahí, tomé valor y le pedí que se detuviera.

-¿Pasa algo?- se extrañó
-Es sólo que...- mis manos y pies estaban congelados porque la idea que tenía en mi cabeza me producía tantos nervios, que el frío en mis extremidades eran la reacción más común. Sentía que mi corazón latía rápido y fuerte, creía que George lo escucharía.
-María ¿estás...?- se acercó más. Lo miré y sonreí a medias y pensé que no había nada que perder, así que sin perder más tiempo...
-George...- me acerqué titubeante, tomé su rostro y presioné mis labios contra los de él. Al mirarnos descubrimos que ambos estábamos más rojos que la sangre, pero él sonrió como nunca antes.
-Wow...-expresó y después él me besó y correspondí torpemente.

Ambos reímos un poco y sintiéndonos como un par de mensos, subimos a nuestras bicicletas y comenzamos a pedalear sintiendo el aire cálido de aquel Liverpool veraniego de 1960.


¡Después de tanto tiempo!
Miss Roquet, esta es la sorpresa de la que le hablaba en instagram: este era el final alternativo. Pero como era muy de caricatura japonesa decidí no ser ojete y dejarlo como un capítulo especial por el recuerdo de mi obra más extensa jajaja. Me causaba gracia pensar lo cagado que habría sido que María hubiese soñado todo y la desilusión que todas nos habríamos llevado y para no quedarme con las ganas de revivir a Stuart y jugar un rato con la historia, lo escribí y pensé que era momento de dejarle ver la luz del día.
No tengo más por decir, aquí está el blog para cuando gustes volver, ya con los textos visibles porque al parecer estaban en blanco jaja.
Ojalá los disfrutes y te haya agradado la idea también.


Comentarios

  1. NOOOOOO MAAAAMES FRIDAAAAA te juro que la cabeza me va a explotar en cualquier momento... ¡PINCHE HERMANA DE THANOS CABRONA! JAJAJAJAJAJAJAJAJA estoy entre que quiero aventar todo por felicidad y frustración. Estuvbo muy cute el capítulo pero te hubieras ultra mamado si este hubiera sido el final definitivo.

    Y luego, puta madre Alison y Oliver aparecen en la historia oh puta madre wey no jajajajajaja no sé qué putas escribir jajajajaja te quiero dar un abrazo pero también cortarte un brazo jajajajajaja. Bueno, fue un buen capítulo aunque debo reconocer que me ha angustiado un chingo, sobre todo la desesperación por lo del sueño de María, pero me alegro DEMASIADO que haya quedado como un capítulo especial/final alternativo, porque neta si te hubiera mandado a la chingada jajajajajaja, no fue suficiente con la muerte de Alison, lo de María tenía que ser un sueño ALV xD

    Muchas gracias por esta sorpresa perturbante y bonita, siempre voy a admirar tu capacidad de dar cada madrazo cabrón el día menos esperado.

    Pd. Cuenta mis "jajajaja" para darte cuenta qué tanto me jodiste el cerebro jajajajajaja.

    ResponderEliminar
  2. Por cosas del destino se me dió por entrar acá jaja
    Lloré con Stu
    Y si... Me hubiera encabronado si terminaba como un sueño la verdad pero que lindo fue leer a Stu de nuevo 💚. Y George de chiquito es tan chocante, xq lo último que recuerdo es que era un hombre barbudo jaja lo amé 💟

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"Strange Effect" Pt. II

"Natural Affair" Pt. I

Abbey road... #65O